Acciones poéticas e íntimas

Por Karina Fabiana Mendoza (Artista Visual)

Una mujer sentada bordando, uniendo colores y manchas en telas fragmentadas; indicios de acciones poéticas e íntimas. Ofrece tiempo que guarda y aguarda. Silencios habitables por miradas cómplices. Esa mujer usa el espacio y el lenguaje, transita preguntas, ensaya ideas… Cada decisión es un ejercicio de creación, un espacio donde a veces suceden sorpresas, siempre hay preguntas, nuevos bordes desde donde habitar y la realidad construye parte de su historia.

¿Dónde termina la pintura y empieza el bordado? No podemos saberlo con exactitud pero quizás podamos acercar una respuesta más palpable con la idea de ese rescate. Nada más íntimo que arroparse con la memoria. Una herencia personal, social o de la historia, pulsa por transfigurarse en materia, por escapar de las sombras del olvido. Sabe lo que hace, la sensibilidad aflora cuando crea y pese a la fragilidad intenta unir. Ligar flores y gestos cálidamente curvilíneos.

¿Qué encuentran en esas obras que envuelven de corporeidad sutil? Intentos, escenas o recuerdos. Tal vez la suavidad de su procedimiento inventado un escenario prestado o no. El color como respiro, la costura como discurso y el arte como proyecto con pretensión de contemplar y sentirse incluido. Cobijo. Paño. Retazo con voluntad de desdibujar las fronteras entre materialidades en diálogos.

¿Es la continuidad de un textil una constelación de puntadas en constante circulación de significados? A veces textiles potenciados con pinturas y otras veces el silencio introspectivo de hilos jugando a enredarse sujetados apenas de un bastidor. Así son los secretos plasmados de Luci, apropiaciones con gestos orgánicos.

Aquí aparecen otras formas del textil expandiendo sus propios límites, aunque ella nunca abandona su posición de pintora que claramente se ve en el manejo del color. La memoria duerme en la yema de sus dedos, los ritmos vitales, son los bienes más difíciles de conservar y proteger. Como las voces, como los métodos, como la vida, están en permanente modificación, volátiles y perennes. Cada modo de habitar ese espacio, cada comportamiento corporal son indicadores del color del hilo, del largo de la puntada, de la insistencia, del ritmo en la repetición.

El bordado una relación entre las macro-micro percepciones; el cuerpo desde el arte haciendo la acción de unir y dialogar. Tarea compleja la experiencia de atravesar una tela con ojos ajenos, de inscribir sobre un pequeño gesto, una mínima voluntad de ser. Buscar singularidades. La obra hoy intenta estar en movimiento y conectada a cómplices que se permiten la mirada del tiempo de puntadas; sentidos que contengan situaciones que sumadas se activan, se proponen a sí mismas, como visibles o invisibles, como posibles disparadores de pensamientos o recuerdos de abuelas, madres y amigas .Y desde ahí veremos que sucede. Estoy atenta. Sus textiles interesan no sólo como un modo que recupera y aviva la memoria de su técnica sino también como un proceso que sucede desde lo más íntimo del cuerpo de quien lo realiza.